lunes, 29 de octubre de 2012

Murallas

Para empezar voy a hacer referencia a algo que escribí hace tiempo en mi  Fotolog.
Como se puede observar es algo en lo que llevo pensando hace tiempo, el ser humano como defensa al dolor que nos puedan producir otros tanto mental como psicológico levantamos una serie de protecciones y murallas para evitar que nos hagan daño. Esas murallas pueden aparecer en caso de que alguien nos traicione y por lo tanto no nos pueda hacer daño, o en ocasiones maniobras de defensa, que hacen que cualquiera que se acerque a nosotros no pueda alcanzarnos y por tanto no hacernos daño. Otras veces las levantamos para defender a los demás de nosotros mismos y también para defendernos nosotros, ¿qué ocurriría si esas personas que se han arriesgado tanto para estar a nuestro lado descubren que en realidad no valemos tanto la pena y se marchan?¿Y si resulta que se van acercando más y más a nosotros y para que se alejen sacamos a la luz nuestro peor yo?.
Resulta muy fácil hacerse los fuertes delante de la gente que no nos conoce, se hace increíblemente sencillo resultar misteriosos o buenas personas delante de personas que no tienen la más remota idea de quienes somos, podemos ser quienes realmente queremos ser ocultando nuestros miedos, nuestros fantasmas y nuestros sentimientos más profundos. Es más, tenemos la certeza de que un desconocido no nos va a fallar porqué no esta ahí para nosotros ni nosotros para el, solamente tenemos que pensar en el momento en el que nos encontramos sin ataduras, sin esperar nada ni que esperen nada de nosotros...
El problema viene cuando empezamos a esperar cosas de los demás porque poco a poco van haciéndose hueco en nosotros y ahí vienen las dudas. ¿Y si me falla cuando más lo necesito?¿Y si desaparece?¿Y si en realidad está a mi lado porque solo hay un aspecto de mi que le interesa y más tarde o más temprano se cansa y todo lo demás no importa?¿Y si doy más de mi de lo que esa persona se merece?¿Y si me llega a conocer y luego me destruye?¿Y si se da cuenta de que no tengo más de lo que soy.
Pues ahora mismo leo aquella entrada y me doy cuenta que, aunque en cierto modo sigo con muchas murallas en el fondo, yo era la primera que quería escapar de ahí.
Porque es cierto puedo decir que me han fallado unas cuantas veces, pero he recibido también mucho y que hay cosas de las que no me arrepiento porque cuando confías en la gente en más o menos medida los momentos que pasas con ellos no son un reflejo en el cristal, son una primavera, y llena mucho más.Aunque es normal que a estas personas las terminemos probando conscientemente o inconscientemente cada cierto tiempo por esos miedos.
A esas dudas también se puede añadir que puede que en el momento creamos que esa persona no nos va a fallar ni se va a marchar y ni siquiera se le ocurriría destruirnos,pero, ¿Y en un futuro?.
Yo no suelo confiar demasiado en las personas, me es fácil acercarme a ellas pero llega un momento en el que se chocan contra un muro y ya no pueden pasar, y ciertamente sólo unos pocos pasan ese muro, y cada vez se van chocando contra un muro y otro y otro más, y bueno, finalmente son escasos los que llegan al final.
Como se puede suponer a los primeros que se quedan es muy sencillo que si me fallan les mande lejos a la primera de cambio o ni me moleste y según sean más cercanos a mí aunque me fallen o me hagan daño es más difícil que pierdan mi confianza, pero cuando la pierden, sean de los que más daño me hacen.
Cuando una persona decide confiar en mí no suelo fallarla porque para mi es algo muy importante y es un gran regalo, y más si es una persona en la que tengo mucha confianza.
Y contra más confianza tengo, bastante más sincera soy con la persona como es lógico.
Para mi  el amor que siento con mis amigos se basa en la siguiente cita:
"El amor es paciente,es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta".
Como siempre hasta cierto punto, porque un amigo de verdad no se aprovecharía de todo esto en su beneficio sino que cada vez la amistad sería más profunda.
Y como todo el mundo yo tengo mis momentos de enfado y de rabia, pero casi todo se puede hablar y solucionar siempre que no se vaya por el lado de "hacer daño por hacer daño" o repetidas veces por la falta de empatía.
Soy del tipo de persona que una vez llegamos a cierto punto me tienes para toda la vida, siempre y cuando no estos dos últimos puntos se cumplan.
Aunque parezca mentira soy muy capaz de dejar de lado mis sentimientos y emociones por los demás y más si son personas que me importan más que eso.
Aunque no lo parezca no soy cariñosa con todo el mundo e incluso a veces puedo ser arisca cual gato.
Puedo ser muy observadora y, también por el contrario puedo resultar un desastre y olvidadiza por lo que si os pasa algo conmigo prefiero que me lo digáis directamente y os enfadéis si tenéis que hacerlo pero si os calláis no puedo hacer nada (yo lo haré si me pasa con vosotros). Y decidmelo directamente y no con pullas, porque, sinceramente, no las soporto y termino bastante cabreada.

Después de esta reflexión os abandono por hoy.


Ayre.

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