miércoles, 4 de junio de 2014
Fariseos y farsantes.
Fariseos y farsantes, los hay en todas partes,
jugadores de tiempo perdido
y de espacios que quiebran las horas.
Personas sin personalidad que dejan atrás lo dicho,
y que por miedo a enfrentarse con la realidad,
huyen perdiendo todo el sentido.
Ahora te recalcas en tu propio personaje de ficción,
que decías que eras reforzándote a ti mismo de sol a sol,
y tan solo eres una copia de todos los demás,
tan solo una imagen que hace aguas si se te sabe mirar.
Construyes catedrales hechas de falsos ladrillos,
y alardeas usando de cuando en cuando el victimismo,
crees que tienes el don de la palabra, y la palabra no sabes usar.
Crees que es más importante la opinión y el que dirán.
Yo me miraría muy dentro y buscaría quizá alguna solución,
donde encontrarme más sentido que una bandera y una acción.
Yo me miraria muy dentro y me construiría mi propio yo,
sin vendas, ni chorradas, ni cobardías,
un yo de puro corazón.
El miedo es la excusa de los que no saben usar la razón.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Cierto es que dentro de cieno
ResponderEliminarse presta la comodidad
de intentar hacerse el ciego
evitar el problema y obviar
que vivo lleno de miedo.
Y no me engaño cuando digo
que elegí el camino fácil
ni me escondo tras mi ego
al mandar a un alguacil
para que cuente mi ruego.
Ni estoy a la altura
ni me excuso de mis actos
te presento mi disculpa
y recuerdo buenos ratos
merezco grande multa
por haber roto los platos.
Qué fácil es escribir algo,
Eliminarqué fácil es el surrender,
qué fácil es pedir disculpas
sin nada que lo sustente.
Qué fácil es enviar los fantasmas a otro,
y dejar que el alguacil los ahorque.
Tienes razón, el problema que tenemos los monstruos,
es que no nos damos cuenta de nuestra situación,
qué estamos equivocados y que no sabemos entender un no.
Es cierto, es mi culpa,
por creer que esto no iba de meterse en pantalones de once varas,
y de preocuparme por la persona,
¿dónde vas ilusa? si nadie busca lo que tu antojas.
No hace falte que bajes al submundo,
donde habitamos los monstruos,
donde de cuando en cuando creemos
que alguien dejará de tenernos miedo.
Es fácil pedir disculpas,
tras el escrito de un cuento,
pero no te preocupes,
solo los monstruos tienen que pasar por esto.
Porque esta claro,
de donde salen las traidoras,
tu tranquilo vuela por tu cielo,
y siento yo tu malgaste de horas.
Ayre.