domingo, 23 de septiembre de 2012

Primer puñal.


Era una noche de esas en las que el viento acariciaba las rendijas de la ventana, en las que el techo te devuelve la mirada, en las que mirarse a los ojos podría ser una verdadera trampa.
Decidió taparse los oídos, pero su alma le devolvía la llamada, se había estando ocultando durante tanto tiempo...
El mañana nunca llega y enfrentarse a los propios fantasmas es difícil, pero no imposible, y si me conformo jamás llegaré a ser lo que quiero ser.
Y así, con el puñal ensangrentado hirió de muerte al primer fantasma: autoconformismo falso.
No se debe llorar si aún se puede luchar.

No queda sino batirnos,
no queda sino luchar.

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